16.4.08

en el buzón: Jean-Yves Bériou

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Para Antoine Soriano


I

Azul, los oscuros del alba.
Vientos, los azules del cielo.
Cielo, muerte en Flor. Negro.



II

Sombras secas, risas negras.
Y los gritos de los cielos, ¿azules?
No, gime el azul negro, duerme.


III

Y las sombras de los árboles.
Y el hueso de la desgracia, en la garganta.
Sí, los astros, ahí arriba, en lo alto. Negros.


IV

Un astro negro, tu vida. Todavía.
Nuestras vidas, entre mareas. Azules
De miedo; ¡canta el hueso de la escarcha!


V

Y nuestras manos, secas. Jamás.
Y nuestros corazones, calcáreos. Plumas.
Tu vida, una mina oscura: los pájaros.


VI

En la mina, el minero.
El minero del grito, el hombre, el inhombre.
La mujer negra, azul, hueso, cielo.


VII

¿Quién grita entre dos muros?
¿Quién grita entre dos cielos?
¿Quién grita entre dos esferas?


VIII

El pus del mundo, los filos
Herrumbrosos; la infancia con ojos irritados.
El hedor de las lágrimas, Pájaros.


IX

Azul, los llantos del alba. Negros.
Cielo, vida, cuchillos, cuervos.
Viento, el grito, el martillo del cielo.
A ti, todavía.
------------------------(Barcelona, octubre 2000)

Traducción de Ana María Beaulieu

[publicado en la colección Cuadernos del Umbo -3]
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1 comments:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Vaya, hay en estos versos, como en una encrucijada, una perpectiva que me es familiar y otra que mistérica me interpela. Ese misterio de lo que es inatravesable, eso que por llamarlo de alguna manera decimos "lo real".

Gracias por esta trocha de buena lectura.

Ayer, en Valencia, el poeta Eduardo Milán, en la charla que dió en Filología nombró un sólo blog, como referente de buen uno de la herramienta cibernética:

7de7, del poeta Marcos Canteli.

Vaya, entre los asistentes más de dos la conocían.

Fue una complicidad que me subió la sangre a las cejas.

Sigo tu labor, este no-oficio de la poesía, que tanto se parece a vivir. Quiero decir a un vivir "real".

Un abrazote

Viktor

 
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