Edmon fue exiliado, extranjero, hijo del desierto y de la palabra sobre la arena. Culto y errante, bebió del francés, bebió del árabe, de la Torá y de la Cabala, del misterio africano, de la espera(nza) judia, un poeta del blanco y de la suversión fuera de sospecha. El diálogo que se establece a través de cruzar su fe en la existencia desde la fe trascendente con el genesíaco aforismo de Suarez nos posibilita un campo de silencio, reflexión y escucha entre dos tensiones ineludibles, ser y crear.
Edmon fue exiliado, extranjero, hijo del desierto y de la palabra sobre la arena. Culto y errante, bebió del francés, bebió del árabe, de la Torá y de la Cabala, del misterio africano, de la espera(nza) judia, un poeta del blanco y de la suversión fuera de sospecha.
ResponderEliminarEl diálogo que se establece a través de cruzar su fe en la existencia desde la fe trascendente con el genesíaco aforismo de Suarez nos posibilita un campo de silencio, reflexión y escucha entre dos tensiones ineludibles, ser y crear.
Un abrazote
Viktor