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10.9.09

dandolavoz: lectura de Olvido García Valdés en Oviedo

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Mañana, viernes 11 de septiembre, a las 19:30, Olvido García Valdés leerá poemas de su poesía reunida, Esa polilla que delante de mí revolotea (Barcelona: Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2008), en la librería Cervantes de Oviedo. El acto será presentado por Marcos Canteli.


Pueden leerse algunos comentarios sobre esta obra aquí, aquí, aquí o aquí.


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13.11.08

dandolavoz: Chus Fernández (hacia Vila-Matas) y Luis Muñiz (sobre Olvido García Valdés)

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Luis Muñiz: "Olvido García-Valdés, en el telar"


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17.10.08

Una poeta a ras del suelo

por Paula Corroto




La poeta Olvido García Valdés (Santianes de Pravia, Asturias, 1950) tiene un rostro relajado, acogedor, que acompaña a una mirada que no rehúye otros ojos. García Valdés mira de frente, a lo material, a lo que existe y no es ningún tipo de ensoñación etérea. [sigue leyendo el artículo y el posterior análisis de Carlos Pardo en Público] 

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21.5.08

Transitar el parpadeo: seis poetas españoles

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más sobre ellos aquí
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31.1.08

Olvido García Valdés [una nota]

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Lo mejor de los premios es que dan visibilidad y permiten, aunque sea sólo en contadas ocasiones, que los márgenes cobren voz. Lo digo a propósito de la reciente concesión del Premio Nacional de Poesía a Y todos estábamos vivos, último libro de Olvido
García Valdés (Santianes de Pravia, 1950), cuya escritura a partir de ahora será cada vez más difícil obviar, por más que, aunque empezara algo tarde a publicar, llevara ya años dando libros de extremada intensidad como ella, los pájaros (1994), caza nocturna (1997) o Del ojo al hueso (2001), por citar los más recientes, y fuera autora también de un extenso ensayo biográfico Teresa Jesús (2001), traductora de Pasolini y (en colaboración) de Amájtova y Tsvetáieva, editora de varias publicaciones fundamentales como Los infolios o El signo del gorrión, etcétera.
“Dar caza a la cosa (es decir, a la vida)” confiesa Olvido García Valdés que es la pretensión de su escritura, porque “el poema es un lugar raro donde se guarda la vida”. La escritura como un modo de estar en la vida y de pensarla (“Mi forma de pensar actualmente es escribir poesía”), la poesía como modo de verdad. Guiños modernos, podría decirse, pero también ciertos avisos tan caros al posmodernismo como ese minucioso trabajo con la serialidad. La indagación formal de sus poemas, a través principalmente de un acusado ejercicio de suspensión, suele remitir a una pregunta por lo ausente, que muchas veces encuentra correlato en la propia construcción sintáctica y semántica. Una negatividad de lo versal que, sin embargo, el deseo (cuerpo, intimidad) viene a corregir postulando con el poema esa verdad de un mundo inmanente, buen conocedor de su temporalidad: ahí la extrañeza de la retina pictórica de su escritura que es motor de contemplación y de relación con lo cotidiano. Y desde ahí, asumiendo su condición femenina, García Valdés cuestiona la categoría escritura femenina para buscar “lo neutro del habla; que procede, sin embargo, en femenino”, para buscar, en definitiva, el dudoso género del poema: “Yo escribo radicalmente en femenino, las huellas textuales de ese punto de vista tienen género femenino. Pero no sé si hay genero del poema, ¿Cuál es el género del amor? ¿y del dolor? El género del poema es acerado y huidizo, rugoso o resplandeciente. Como la muerte”. Y su lírica tan intransitiva como su deseo. -
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