JOSÉ: "Nací en la casa del moribundo; su cadáver está extenuado: no lo
--------------------- sacudo más, se apaciguó"
FRANCISCO: "De nuevo la niñez,
-------------------------------------_ sus fábulas"
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2.11.07
diálogo transoceánico
posted by Marcos Canteli at 7:38
Labels: diálogos, Francisco Pino, José Kozer
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(Entra en escena Walter Benjamin, con sombrero y una maleta llena de apuntes en la mano izquierda):
WALTER: "Cuando muere un ser muy próximo a nosotros, nos parece advertir en las transformaciones de los meses subsiguientes algo que, por mucho que hubiéramos deseado compartir con él, sólo podía haber cristalizado estando él ausente. Y al final lo saludamos en un idioma que él ya no entiende".
(Francisco y José se miran atónitos. Como si esas palabras fueran las que menos esperaban en ese preciso momento. Incrédulos ante alguien que habla su mismo idioma, si bien en otra lengua).
(Se hace un silencio puro y duro. Pasan por lo menos cinco o seis ángeles hasta que, de pronto, dice Walter, como si pensara en voz alta –en realidad cita a Borges, pero ni José ni Franciso se aperciben):
WALTER: "Si el espacio es infinito estamos en cualquier punto del espacio. Si el tiempo es infinito estamos en cualquier punto del tiempo"...
(Y mientras José y Francisco se lo piensan, al fondo se escucha en off una lúcida voz con acento peruano):
CÉSAR (VALLEJO): "Estáis muertos. Que extraña manera de estarse muertos. Quienquiera diría no lo estáis. Pero, en verdad, estáis muertos, muertos, muertos...".
(y la voz se va apagando, mientras Walter abre su maleta y saca un cuaderno)
(José Kozer, un tanto molesto por el volumen del off, lanza al aire entonando en agudos uno de sus poemas más irónicos. Al mismo tiempo, Francisco Pino parece que se abstrae de todo y acaricia el puño de su bastón, en forma de cabeza de rebeco, con el pulgar y el índice):
JOSÉ: "La boca /se le llenó / al querubín / de poemas. /Desprovisto / el querubin / analfabeto / canturreaba."
QUERUBÍN (¿quién de ellos?¿Acaso Walter se da por aludido?): Tralarí, tralará, larí, lará, laralaralaralá...
(pues no, no es Walter quien se da por aludido, sino César, como no podía ser de otra manera. Y después de su serenata de trinos, tralarí, tralará..., opta por despedirse de forma abrupta):
CÉSAR: "Ir muriendo y cantando. Y bautizar la sombra / con sangre babilónica de noble gladiador. / Y rubricar los cuneiformes de la áurea alfombra / con la pluma del ruiseñor y la tinta azul del dolor".
(Cuando César se va, José, Francisco y Walter reciben un telegrama de Silvia Zayas, invitándoles a una función de circo. Una vez en la carpa, ubicada a las afueras de la ciudad, y antes de que de comienzo la función, asisten al siguiente diálogo en un ensayo):
DOMADOR: —¡Niña! Mira que leones tan fieros...
NIÑA: —Mi furia es más fiera y más fría.
(Walter toma notas en una de las libretas que saca de su maleta. José estudia las curvas de la fiera de la niña. Francisco, que no está para muchos trotes, apunta en su memoria un nuevo poema, para escribirlo más tarde, cuando llegue a su casa en el Pinar y encienda la chimenea)
Holaaaaaa!!! Acabo de descubrir tu blog, puedes ver a, si es que recuerdas a aquella chica que te enseño temblorosa sus primeros versos, en www.dinamicadelfrio.blogspot.com
Un abrazo enorme de Ana Vega
Ana: claro que me acuerdo de ti. Gracias por la visita. En cuanto tenga un momento miraré tu blog.
Abrazos,
m
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